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Las dificultades de la vida moderna a veces pueden superar la resiliencia de nuestra voluntad. Aguantamos, resistimos,
sufrimos y soportamos el peso de los sentimientos negativos hasta que… ya no podemos más. Bruscamente, la mente
traduce todo ese estrés acumulado en ansiedad, depresión, estados de un vacío interno, sentimientos de culpa, sufrimiento
insoportable sin razón inaparente… Estos, junto con otros trastornos de la conducta, tienen una característica en común: el
descontrol.
El contraste entre los pensamientos conscientes del ser humano —siempre enfocados a cumplir con las expectativas
sociales— y los desequilibrios bioquímicos que puede producir un estilo de vida estresante, además de unos hábitos y
costumbres que a menudo favorecen los desórdenes psicológicos, resultan en una incómoda e irremediable falta de control
sobre nuestras circunstancias emocionales.
Se trata, además, de una temática «tabú» en la sociedad y, consecuentemente, casi de manera insospechada, en la
comunidad científica. La incomprensión abunda al abordar esta cuestión. Los médicos han sido instruidos a dejar al paciente
expresar libremente sus sentimientos, pero a menudo no saben cómo reaccionar ante la confesión sincera de emociones.
¿La solución? Antidepresivos, ansiolíticos, somníferos; regular el ánimo farmacológicamente, al alza o a la baja, de un
modo, en general, inefectivo, con una gran cantidad de efectos secundarios adicionales. En ocasiones el refuerzo de un
medicamento es necesario, sin duda, y siempre a criterio de un especialista cualificado y experimentado, pero debería
acompañarse de terapia psicológica cognitivo-conductual —centrada en reeducar los sentimientos y las conductas
involuntarias, automáticas por un aprendizaje incorrecto, del paciente—. Un apoyo psicológico de estas características
debería ser continuo en el tiempo.
Además, en NeoVitalitas sabemos que lo que realmente te importa es recibir ayuda inmediata, concisa y puntual,
directamente en el momento en el que experimentas tu problema, y cuando no dispones de las herramientas necesarias para
enfrentarte a él. ¿Para qué visitar a un psicólogo cada mes si durante la sesión no tienes nada relevante sobre lo que
conversar?
En NeoVitalitas queremos hacer las cosas de manera diferente. Podrás contactar con nosotros «en el momento» de tu
dificultad, no una vez el terremoto ha pasado, sino justo cuando más necesitas la ayuda, para fortalecer tu voluntad y para
que, en el futuro, puedas manejar la situación por tu cuenta.
Mereces una atención integral, inteligente y competente, pensada específicamente para el mundo en el que vivimos.
Si piensas que podemos ayudarte, sea cual sea el contratiempo al que no sabes hacer frente, escríbenos de manera anónima
y nuestros especialistas en bienestar emocional se pondrán en contacto contigo.
Navegar por www.neovitalitas.com supone la aceptación expresa y
activa de la Política de Privacidad y el potencial uso de cookies.
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todo ese estrés acumulado en ansiedad, depresión, estados de un
vacío interno, sentimientos de culpa, sufrimiento insoportable sin
razón inaparente… Estos, junto con otros trastornos de la
conducta, tienen una característica en común: el descontrol.
El contraste entre los pensamientos conscientes del ser humano
—siempre enfocados a cumplir con las expectativas sociales— y los
desequilibrios bioquímicos que puede producir un estilo de vida
estresante, además de unos hábitos y costumbres que a menudo
favorecen los desórdenes psicológicos, resultan en una incómoda e
irremediable falta de control sobre nuestras circunstancias
emocionales.
Se trata, además, de una temática «tabú» en la sociedad y,
consecuentemente, casi de manera insospechada, en la
comunidad científica. La incomprensión abunda al abordar esta
cuestión. Los médicos han sido instruidos a dejar al paciente
expresar libremente sus sentimientos, pero a menudo no saben
cómo reaccionar ante la confesión sincera de emociones. ¿La
solución? Antidepresivos, ansiolíticos, somníferos; regular el
ánimo farmacológicamente, al alza o a la baja, de un modo, en
general, inefectivo, con una gran cantidad de efectos
secundarios adicionales. En ocasiones el refuerzo de un
medicamento es necesario, sin duda, y siempre a criterio de un
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—centrada en reeducar los sentimientos y las conductas
involuntarias, automáticas por un aprendizaje incorrecto, del
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Además, en NeoVitalitas sabemos que lo que realmente te
importa es recibir ayuda inmediata, concisa y puntual,
directamente en el momento en el que experimentas tu problema,
y cuando no dispones de las herramientas necesarias para
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en el futuro, puedas manejar la situación por tu cuenta.
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